PISA


INFORMACIÓN GENERAL






Pisa es una pequeña ciudad de la Toscana italiana.
Cerca de la costa occidental.


La ciudad de la Torre Pendente.

El Arno, el mismo río que discurre bajo en Ponte Vecchio de Florencia, es el que fecunda la llanura sobre la que se asienta Pisa y que divide a la ciudad en dos partes.

Es Pisa un lugar apacible, de edificios de escaso porte, que conserva un aire señorial y una serie de elementos artísticos que testimonian su pasado esplendor, cuando era una ciudad marinera que tenía notable peso en el Mediterráneo.

Vencida por sus ciudades competidoras y alejada progresivamente de la franja litoral (en esto se asemeja también al caso de Brujas, en Bélgica) Pisa acabaría cayendo en poder de Florencia.

Hoy la ciudad tiene un notable atractivo turístico, que para muchos es excesivamente superficial, porque hay un turismo “de parque temático” que se entretiene en la plaza dei Mirácoli, ante la famosa Torre Inclinada, sin ver que Pisa es mucho más.




Plaza dei Mirácoli.



Historia de una vieja urbe portuaria.


Pisa, fundada hacia el siglo VII a.C., fue una ciudad marinera etrusca y luego romana.

Los limos del Arno fueron ayudando a rellenar una costa llana y poco profunda, alejando a Pisa de la franja litoral mediterránea, pero aún así las naves accedían hasta ella por el Arno.

En la Edad Media, compitió en el mar con Venecia y Génova, y extendió su influencia desde la costa africana a las islas de Córcega, Sicilia y Cerdeña. Luego, en las luchas entre Papado e Imperio, acabaría siendo dominada por sus vecinas.

Génova le atacó en el mar y Lucca y Florencia por tierra. Acabaría en manos de Florencia en los inicios del siglo XV.

Privada de su flota y de su independencia, aún tuvo algunas épocas de brillantez en lo cultural, merced al apoyo de los gobernantes florentinos. Entre sus glorias intelectuales destaca Galileo, físico y astrónomo nacido en 1564, quien acabaría con problemas con la Inquisición por discrepar de la doctrina científica “oficial” de la iglesia, que no aceptaba las teorías de rotación de la tierra.




El palacio del Reloj, en la plaza dei Cavalieri



Qué ver en Pisa.


El patrimonio pisano.

Es interesante la ciudad como foco de un estilo románico que se extendió por toda la Toscana. Tanto Pisa como la cercana Lucca son ciudades magníficas para conocer esta variedad.

Tiene el estilo pisano un aire influenciado por los estilos lombardo y árabe. Su manifestación más clara está en las fachadas de las iglesias, dotadas de una rítmica profusión de los relieves, con esas magníficas arquerías ciegas que otorgan a los edificios un aire de especial ligereza.

Sobre gráciles columnillas se asientan los arcos de medio punto, en una sucesión tanto en lo longitudinal como en la altura. Se consiguen así unos magníficos juegos de luz, realzados con la profusión en la utilización del mármol, a veces de distintos tonos.

Este estilo, que tuvo su máximo apogeo en torno al siglo XIII, precedió a una admirable pléyade de escultores, cuyas obras no sólo se pueden ver en Pisa sino que engrandecen las ciudades de Florencia y Siena.



La Torre Inclinada de Pisa.

Es el más famoso de los monumentos pisanos, aunque no el más importante. Se trata de un campanario de 58 metros de altura, cercano a la catedral.



La fama de esta torre cilíndrica y rodeada de galerías airosas está en su inclinación, que ya se originó en el inicio de su construcción, allá por el siglo XII, de la mano de Bonanno Pisano.

Sólo se terminó de construir en el 1350, casi dos siglos después de su inicio. El fondo aluvial sobre el que se construía fue el causante de un desplazamiento de tierras que se apreció inicialmente cuando estaba recién hecho el primer piso.

Desde entonces, la torre ha ido inclinándose, pese a que el arquitecto que dirigió el tramo final, desde el tercer anillo hacia delante, hizo más ligera la parte que se hundía, para evitar la caída. Vasari, en el XVI consolidó la base, pero en el XIX se vio que el problema se agravaba hasta tal punto que en 1990 la torre fue cerrada al público.

Tras el enderezamiento de unos centímetros, en el 2002 volvió a abrirse a la visita turística.

Entre las historias de esta famosa torre, cabe recordar que Galileo Galilei, en el siglo XVI, la utilizaba para estudiar las leyes que rigen la caída de los cuerpos.

La Catedral de Pisa.

Con cinco naves y planta de cruz latina, el templo, de los siglos XI y XII, tiene una luminosidad inusual en el románico europeo, realzada por su revestimiento de mármol blanco.

Las galerías típicas del románico pisano alegran y dan ligereza a este magnífico. Tanto la vista desde la parte del ábside como la fachada es de alto interés. En esta última destaca la rítmica sucesión de geometrías y las excelentes puertas de bronce, diseño de Juan de Bolonia. Otras puertas de interés son las del lado derecho del crucero, obra de Bonanno Pisano.

El interior es sorprendente. Quien está acostumbrado al románico español o francés queda anonadado por la multiplicidad de perspectivas y la luminosidad de un espacio de una inusual. A ese aire de ligereza contribuyen las galerías elevadas y la abundancia de ventanales.

Llama también la atención el Pantocrator del ábside, del XVI, y –sobre todo- una pieza absolutamente excepcional, el púlpito, obra maestra de Giovanni Pisano, de inicios del siglo XIV, prodigio de virtuosismo escultórico.


La portada catedralicia, típica del románico pisano.


El Batisterio.

Se trata de otro monumento fuera de lo común de Pisa, circular, de una altura similar a la de la torre inclinada, y de algo más de cien metros de circunferencia. Es obra del XII al XIV.


La bella imagen del batisterio

Galerías y arquerías ciegas hacen juego con la estructura de la catedral; sobre ellas se asienta una excelente cúpula coronada por una estatua de San Juan Bautista.

El interior es también excelente, con sus columnas y su decoración marmórea. Asombra la armonía y la luminosidad. Otro púlpito reclama la atención del visitante, en este caso es obra de Nicola Pisano, el padre del autor del púlpito catedralicio.


El Camposanto.

El trío Bautisterio, Duomo y Torre Inclinada de Pisa se complementa con el Camposanto para integrar un conjunto excepcional en la llamada plaza dei Mirácoli.

El camposanto ha sido comparado con una catedral al descubierto, con un rectángulo(sería la nave central) al aire libre que se rodea por un claustro gótico.

Es obra de los siglos XIII al XV. En las galerías hubo una serie de importantísimos frescos, que resultaron dañados en un incendio habido en el siglo XX, aunque quedan restos de interés. Entre ellos, el más famoso es el triunfo de la muerte, de Buffamalcco.

También hay en las galerías algunas obras de interés en materia de arte funerario.


Interior del camposanto, con sus arquerías góticas que re dodean

Plaza del Cavalieri.


En la imagen aparece un ala del palacio dei Cavalieri y la iglesia de Santo Estéfano

En lo que era la vieja ciudad medieval hay una bella plaza, extensa y de aire estudiantil, transformada en la época del dominio florentino de los Médicci.

Una estatua de Cosme I preside este espacio donde se alza el palacio de los Cavalieri, con los bustos de los duques de Toscana en la portada. En él se formaban antaño a los caballeros pisanos y ahora es sede universitaria.

El palacio del Reloj, obra básicamente de Vasari, de inicios del XVII, está cerca de él. Este edificio es fruto de la remodelación de sendas casas anteriores. De hecho se aprecia en la fachada la estructura de una vieja torre.

En la misma plaza está la iglesia de Santo Estéfano. Se edificó siguiendo un proyecto de Giorgio Vasari en 1565-68 . Poco años más tarde se recubrió de mármol su portada.


Otros atractivos.


Desde el exterior de la muralla, por la Porta de Santa María
ya aparece la maravilla de la plaza dei Mirácoli.

En el entorno del Arno se halla la curiosa Iglesia de Santa María della Spina. Está bastante reconstruida, pues su cercanía al río le ha causado daño. Es coqueta y pequeña. Su fachada tiene una doble puerta románica.

Hay más iglesias de interés. En primer lugar la de Santa Catalina, cerca de la zona más monumental. Con una bella fachada de románico pisano; austera en el interior y con bellos sepulcros medievales.

Otra iglesia de bella fachada es la de San Paolo a ripa di Arno, de época románica, que recuerda vívamente a San Michele in Foro de Lucca.

La oferta artística principal de la urbe se complementa con el Museo de las Sionopias, y –sobre todo- el de la Obra de la Catedral, con interesantes obras medievales. Ambos centros están en las inmediaciones de la catedral pisana.

Finalmente cabe hacer mención de las murallas que rodeaban la antaño poderosa ciudad y que son en alguna medida el telón de fondo de la fastuosa plaza dei Mirácoli. De hecho, se accede a esta placa desde la Porta de Santa María, en una entrada a la urbe que conmociona porque el viajero se halla de golpe ante un conjunto monumental universalmente conocido y valorado.







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